La AIVP y su particular Agenda 2030
La Red Mundial de Ciudades Portuarias (conocidas por las siglas AIVP, del francés Association Internationale Villes et Ports ) es un organismo internacional que congrega a todos los actores, públicos y privados, responsables del desarrollo de las ciudades portuarias. Su razón de ser pasa por acompañar a todas las entidades que la componen en la implementación de estrategias de cambio de aspectos económicos, sociales y medioambientales de las ciudades portuarias.
Los actores que conforman la AIVP pueden ser desde representantes elegidos de las ciudades y de las otras colectividades locales marítimas y fluviales, a universidades y centros de investigación, pasando por empresas, proveedores de servicios y, por supuesto, operadores, administraciones y autoridades portuarias.
Las ciudades portuarias y los agentes que forman parte de su particular universo son testigos excesivamente expuestos a los resultados adversos provocados por el cambio climático. Esta no es la única razón por la cual la AIVP quiera tomar cartas en el asunto del desarrollo sostenible. las ciudades portuarias son también escenarios ideales en los que desarrollar soluciones que hagan frente a los retos que presentan la transición energética, la conservación de ecosistemas, la movilidad o la transformación industrial, entre otras cuestiones.
Con el objetivo de dar un paso en firme en estas materias y, por tanto, en su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, a la vez que articulaba una estrategia fácil de asimilar por los agentes y entidades que componen a la red, la propia AIVP tomó, en 2018, la decisión de iniciar una cooperación más clara y robusta con los mencionados ODS.
De dicho compromiso emana la Agenda 2030 de la AIVP, una adaptación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible al contexto de las ciudades portuarias a fin de ayudar e inspirar a todos los actores portuarios y urbanos a preparar sus proyectos y planes pensados para contribuir al desarrollo sostenible de las relaciones puerto-ciudad.
La Agenda AIVP. Su estructura
La Agenda de la AIVP, por tanto, se estructura en 10 objetivos, adaptados específicamente al contexto en el que se insertan los agentes y las comunidades portuarias, y recogen las áreas de acción sobre las que los agentes portuarios pueden realmente actuar de forma efectiva:
- ADAPTACIÓN AL CAMBIO CLIMÁTICO: Anticipar las consecuencias del cambio climático en las ciudades portuarias marítimas y fluviales.
- TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y ECONOMÍA CIRCULAR: Hacer que nuestros territorios puerto-ciudad que constituyen el núcleo de la transición energética y de la economía circular, entren en verdadera simbiosis con los diferentes interesados locales.
- MOVILIDAD SOSTENIBLE: Mejorar la movilidad en la ciudad portuaria y luchar contra la congestión urbana.
- GOBERNANZA RENOVADA: Favorecer el diálogo puerto-ciudad en una gobernanza renovada con el objetivo de asociar la investigación del desempeño económico y medioambiental al bienestar y a las aspiraciones de los habitantes.
- INVERTIR EN CAPITAL HUMANO: Invertir en el capital humano y permitirles a los habitantes, a los jóvenes talentos, a los profesionales y a los emprendedores que encuentren en el desarrollo de las ciudades portuarias los empleos necesarios tanto para su realización personal como para la competitividad de la comunidad portuaria.
- CULTURA PORTUARIA Y IDENTIDAD: Promover la cultura y la identidad características de las ciudades portuarias y recuperar el orgullo de los habitantes de pertenecer a una comunidad de interés puerto-ciudad.
- ALIMENTOS DE CALIDAD PARA TODOS: Convertir las ciudades portuarias en actores mayores del desafío por una alimentación suficiente y de calidad para todos.
- INTERFAZ PUERTO CIUDAD: Ofrecer a los habitantes que viven en las cercanías de las actividades portuarias, condiciones de vivienda yactividades recreativas y culturales en las zonas de contacto puerto-ciudad.
- SALUD Y CALIDAD DE VIDA: Mejorar la calidad de vida de las poblaciones en las ciudades portuarias y preservar su salud.
- PROTEGER LA BIODIVERSIDAD: Restaurar y proteger la biodiversidad terrestre o acuática en las ciudades y regiones portuarias.
Para cada uno de estos 10 objetivos se establece una serie de medidas para la acción, sumando hasta un total de 46 medidas a lo largo de toda la Agenda AIVP 2030. Estas medidas pueden consultarse haciendo click en cada uno de los 10 Objetivos.
Gracias al trabajo realizado por la AIVP, los actores implicados pueden centrarse en abordar acciones que encajan a la perfección en su ADN. Paralelamente, ya que todos los objetivos de la Agenda AIVP 2030 están alineados con dos o más ODS, podrá analizarse la repercusión en la Agenda 2030 de Naciones Unidas de las acciones realizadas por dichos actores.

La oportunidad de Puertos del Estado
En cuanto a la asimilación de estas agendas estratégicas por parte de los puertos y autoridades portuarias españolas, ésta no debe sonar extraña para dichas entidades, ya que, desde el arranque del siglo, trabajan en la monitorización de indicadores sobre aspectos ambientales (Indaport, 2013), pero también económicos y, cada vez más, sociales.
Dicho esfuerzo de monitorización lo resume el ente “Puertos del Estado” en la memoria anual de sostenibilidad de su sistema portuario, implicando a las 28 autoridades portuarias que componen dicho sistema.
Es cierto que estos trabajos de monitorización siempre requerirán un esfuerzo de alineamiento entre los distintos lenguajes -aquel propio de las entidades, el propuesto por la AIVP y el propuesto por Naciones Unidas-, pero significan un punto de partida sobre el que apoyarse para caminar hacia los objetivos propuestos por las distintas agendas.
Agendas sectoriales -como esta de la AIVP-, que lejos de enmarañar el mensaje en torno a los Objetivos de Desarrollo Sostenible, se convierten en documentos de gran valor estratégico, acercando estos objetivos, a veces bastante genéricos a realidades específicas con necesidades particulares. El trabajo de alineamiento y localización que debe acompañar a estas agendas sectoriales para garantizar que encajan en la lógica de los ODS nos ayuda a aproximar contextos dispares hacia un lenguaje común de responsabilidad social, el de los Objetivos de la Agenda 2030.